Como suele ocurrir en el mundo en el que vivimos, casi todo se puede explicar utilizando las matemáticas. Los números están presentes en nuestro día a día y así lo certifica la secuencia de Fibonacci conocida. Es una ecuación simple en esencia, que ha sido capaz de explicar eventos en el cielo y extenderse al universo.

Su descubridor fue Leonardo de Pisa, un matemático italiano que describió su fórmula como una solución a un problema de cría de conejos y logró relacionarlo con la naturaleza. Aunque el descubrimiento no fue exclusivo de él ya que los textos hindúes ya hablaban de esta teoría, fue el primero en relacionarla con la naturaleza y la capacidad de estar presente en nuestra vida diaria.

¿Qué es la secuencia de Fibonacci?

La fórmula que presentó Leonardo de Pisa para solucionar su problema en la crianza de conejos fue sencilla. Se representa como F (n + 1) y consiste en sumar, en una secuencia de números que comienza en 0 + 1, los dos números anteriores para encontrar el segundo:

Se vería así:

0 + 1 = 1

1 + 1 = 2

1 + 2 = 3

2 + 3 = 5

3 + 5 = 8

Etcétera.

Con esta fórmula resultó que la naturaleza también la usó y no solo los conejos. Las flores, los gajos de las piñas hacia arriba y hacia abajo, los caracoles para hacer crecer sus cáscaras, y una larga lista de ejemplos que podemos encontrar a nuestro alrededor.

Los números de la secuencia de Fibonacci están cerca del número dorado del segmento dorado.
Los números de la secuencia de Fibonacci están cerca del número dorado del segmento dorado.

La secuencia dorada

Lo curioso de este descubrimiento de la secuencia de Fibonacci es que si dividimos cualquier número de la secuencia por el anterior, la respuesta siempre se acerca a 1.61803, conocida como secuencia áurea también conocida como número áureo.

Este número a menudo se representa como fi la 21a letra del alfabeto griego y se ha aplicado históricamente en la arquitectura antigua y en explicaciones matemáticas.

Este número especial se encuentra dividiendo una línea en dos partes, de modo que la parte más larga dividida por la más pequeña sea igual a la longitud total dividida por la parte más larga.

El número áureo se puede encontrar representado en la naturaleza en muchas ocasiones, como en huracanes: su forma vista desde arriba colocada en un plano, sigue la misma secuencia que las galaxias-, o en el propio cuerpo humano, por ejemplo la relación entre nuestra altura y la altura del ombligo o la que existe desde el hombro hasta el codo y desde el codo hasta los dedos.

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¿Qué es la sucesión de Fibonacci? Todo sobre la fórmula de la naturaleza